Muchas han sido las historias y los comentarios que han rodeado a este ejemplo de Pegaso, pero solo una, la que verdaderamente ha ocurrido.
No lo decimos nosotros, lo dicen los asistentes a la feria francesa del coche clásico, que están impresionados con la calidad de la restauración y la fidelidad que ha seguido a sus especificaciones originales.
FVC-Clásicos acaba de dar un golpe en la mesa de la muestra parisina con esta puesta en escena, documentada de manera apasionante y sin privarse de ningún tipo de detalle, por mínimo que pudiera parecer, para llegar a la máxima calidad posible en cuanto a la restauración a 100 puntos se refiere.
Efectivamente, como muchos sabéis, el coche ha estado en nuestras instalaciones durante muchos años, ya que, por motivos ajenos a FVC, el proceso de restauración se detuvo en numerosas ocasiones; pero ya ha llegado su momento. Hemos presentado el Pegaso ‒que se encuentra en la recta final de trabajos‒ en la muestra de París, donde ha sido recibido con una aceptación y unas críticas que han revolucionado absolutamente la feria.
Dado que os ha interesado mucho, os facilitamos más imágenes de cómo estaba el vehículo hace unos días antes de emprender camino a París.
Ampliaremos la información con un profundo reportaje de la restauración, pero antes hay algunos detalles que debéis saber de los Pegaso cuando estéis ante uno:
¿Sabíais que este modelo no traía cerradura con llave en el conductor, sino solo en el copiloto?
¿Sabíais que el material del salpicadero no era estilo pintura de piano como vemos en algunos? La pintura, denominada atexturado rugoso, es la misma que tiene el motor como acabo de origen, y que podéis apreciar en las imágenes también.
La pintura exterior de este Pegaso se ha conseguido con la fórmula original que obtuvimos a través de antiguos trabajadores de Pegaso… Toda una aventura de investigación.
Además, este ejemplo del que os estamos hablando, tiene su caja de herramientas original completa, que se caracteriza por tener el acabado del chasis con el número del mismo.
Este vehículo se presentó hace sesenta años en la misma muestra en París en color aproximado al marrón havana metalizado, con interiores rojos ‒del que ya os mostramos alguna imagen. Después, estuvo pintado en rojo y ahora con su pintura original según los libros de Pegaso. Este Z-102 es una magnífica inversión, no solo económicamente hablando, sino también por la pasión que mueve el fenómeno Pegaso, que el señor Ricart creó y promovió, a pesar de los enemigos que se encontró por el camino, que intentaron eliminar el diamante de la historia de la automoción española que debió ser, y no otros más populares.
Además, cabe destacar que esta joya automovilística, que se ha podido mantener hasta nuestros días gracias a algunos apasionados del automóvil, fue récord de velocidad en su día.
Estas historias y anécdotas que os adelantamos son el anticipo de lo que nos gustaría mostrar como ejemplo y portfolio de la rigurosidad de nuestro trabajo, y del que nos enorgullecemos.
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